Brenda García Orozco Grupo:618
REFLEXIÓN SOBRE EL TEXTO DE TOLEDO “DIMENSIONES
DE LA CRISIS OTRO MUNDO ¿ES REALMENTE POSIBLE?”
COMENTARIO.
Verdaderamente
no sé ni cómo empezar a redactar todo que desató en mí este texto, porque desde
el título me conmovió, ya que me hizo reflexionar en que, ¿cómo es posible que
una simple pregunta, pueda tener tantas pautas para no tener realmente un
pensamiento afirmativo a esta cuestión? Es decir, cualquier persona podría afirmar
que definitivamente el mundo puede cambiar si todos nos lo proponemos, pero lo
triste, o por lo menos en mi caso es, que luego de ver la pregunta comencé a
reflexionar en cada unas de las acciones y actitudes que tiene el ser humano con
en la forma de sobrellevar su existencia en el Mundo y esto me causó un gran
impacto, puesto que nosotros cada día que pasa nos estamos encargando de destruir
poco a poco el Planeta llevándonos de por medio a cada una de las especies que
en él habitan.
Lo
peor en este caso es que estamos consientes del daño que estamos causando a
todas las especies, pero creo que nuestro egoísmo puede más que nuestra
racionalidad, ya que preferimos ciertos lujos que finalmente no nos llevaremos
a la tumba, a dejarles un mundo mejor a nuestra descendencia. Estamos tan
cegados por los bienes materiales y la belleza superficial, que dejamos de lado,
la belleza que nos brinda la naturaleza. Solo nos proponemos a crear y crear
nuevos aparatos electrónicos, nuevos artefactos, nuevas comodidades, y dejamos
de lado la contaminación que provocamos desde el momento que los deseamos construir
hasta el momento que los usamos o en el peor de los caso desechamos.
Pienso
que Toledo, plantea cada uno de estos puntos, desde varias perspectivas, yendo
desde lo económico hasta lo político, pasando por lo superficial y el egoísmo.
Me
parece un texto muy interesante pero a la vez demasiado fuerte, y con ello pienso
que no todos luego de leerlo se sentirán
bien o captarán el mensaje, (algunos solo lo ignorarán, y unos cuantos pensarán en cambiar las cosas).
Creo
que este tema es algo que nos compete a todos, y que necesitamos quitarnos esta
venda de los ojos y de esa manera quitar nuestro pensamiento capitalista y
volver a venerar a nuestros fieles compañeros. (los ecosistemas).
RESEÑA.Este texto primero habla de la crisis social la que generó conciencias, reacciones, iniciativas diversas, protestas. Después se agregó la crisis ecológica y la energética. Hoy ha hecho su aparición la crisis financiera, y los defensores de la situación se quedan sin baldes para sacar el agua del buque que se hunde.
Estamos entrando a la fase terminal de la civilización
industrial, tecnocrática y capitalista, en la que las contradicciones sociales
y ecológicas se agudizan. Dos fenómenos encabezaban esta crisis de
civilización: el calentamiento global y el fin de la era del petróleo. Ahora
debemos agregar la crisis provocada, y largamente anunciada, por la voracidad
insaciable del capital.
El ser humano ha estado presente en el planeta desde hace
200 mil años, en la historia de la Tierra. Durante la mayor parte de ese lapso,
el hábitat planetario ha sufrido una creciente presión por parte de la especie
humana. Sin embargo nada es comparable con lo ocurrido en los cien años
recientes, un periodo que equivale solamente al 0.05 por ciento en la historia
de la humanidad. La población humana, por ejemplo, se incrementó más de cuatro
veces entre 1900 y 2000, al pasar de 1.6 mil millones a más de 6 mil millones.
Ello supone la llegada cada año al planeta de 77 millones de nuevos seres
humanos.
La energía utilizada en el siglo XX ha sido mayor que la
utilizada a lo largo de toda la historia de la especie, y diez veces mayor a la
usada en los mil años previos. El uso del agua se elevó nueve veces; el incremento
del bióxido de carbono (CO2), el principal contaminante atmosférico, fue de 13
veces, y las emisiones industriales de ¡40 veces!.
La extracción y el consumo de metales (cobre, zinc,
manganeso, cromo, níquel, magnesio, estaño, molibdeno y mercurio) han tenido un
crecimiento espectacular en los cien años recientes, ésto conlleva a su vez el
uso de sustancias tóxicas, el uso y contaminación del agua y el movimiento
masivo de materiales. Otros crecimientos vertiginosos son el de los vehículos
automotores y el de las reses o cabezas de ganado, así como el de las
poblaciones de la fauna que acompaña al ser humano (moscas, ratas, cucarachas,
etcétera) y, recientemente, el de la información global por medio de los
sistemas de cómputo y las telecomunicaciones.
Por cada dos seres humanos que nacen al año se construye un
auto. El auto produce 15 por ciento de los gases que contaminan la atmósfera,
su construcción produce entre 15 y 20 toneladas de residuos, y cada año los
accidentes automovilísticos matan a un millón de seres humanos y dejan heridos
entre 25 y 35 millones.
La expansión de la ganadería vacuna ha sido la causa
principal de la destrucción de millones de hectáreas de selvas tropicales. Con
poblaciones cercanas a las de los seres humanos, los autos y las reses, los dos
principales engendros de la invención humana del siglo pasado, compiten ya con
sus creadores por los alimentos.
La cantidad de alimentos, energía, agua, materiales de
construcción y desechos que cada individuo utiliza y expide a lo largo de un
año puede ser calculada mediante un índice conocido como la "huella
ecológica" creado por M. Wackernagel y J. Rees, en 1996.
Con la consolidación del capitalismo industrial, el hábitat
planetario ha entrado en una fase crítica de aceleración y descontrol. Los
fenómenos globales inducidos por la civilización industrial, han traído un
sinfín de ventajas y nuevas e inimaginables posibilidades, pero también han
hecho del hábitat planetario un espacio cada vez más inseguro, incierto y
peligroso.
La destrucción de la
biodiversidad, el agua cada vez más cara y escasa, el aire y los mares
contaminados, los alimentos insanos, las substancias y las tecnologías
peligrosas, así como los cambios climáticos inesperados y catastróficos, se
combinan ya con los quiebres de empresas y corporaciones, las recesiones
económicas y la devaluación de las monedas.
Si hay fuerzas que enarbolan el lema de que "otro mundo
es posible", es decir que las crisis son superables, entonces ese mundo
visualizado debe construirse sobre la justicia social, el respeto a la
naturaleza, la re-configuración de los sistemas financieros, el cambio de
fuentes energéticas, etc.
Frente a las crisis, un proyecto alternativo, está obligado
a dos cosas: a organizar la resistencia ciudadana, y a construir el poder
social. Ambos se encuentran indisolublemente ligados.
El poder social se construye poniendo en juego
tres elementos: la solidaridad, la organización y el conocimiento científico y
tecnológico, en proyectos concretos. Esto empieza desde la familia. Cada uno de
ellos es necesario pero no suficiente. Ello implica la disminución del riesgo
al que los ha condenado a vivir la sociedad dominada por el capital
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